Por culpa de una interna de barras bravas, Deportivo Merlo tiene que jugar como local en un estadio ajeno y sin público. Así, se pierde el privilegio del aliento de sus hinchas. Sin embargo, los números parecen derribar un mito futbolero: sin gente, el equipo de De La Riva también suma. Y mucho.
El empuje de la gente, dicen, es determinante. El aliento del público, se supone, presiona al rival y agranda al dueño de casa. Sin embargo, un caso parece desechar aquellos mitos futboleros y el peso de la localía. El Deportivo Merlo de Felipe De La Riva también gana a puertas cerradas y muy lejos de su estadio.
El Parque San Martín fue siempre uno de esos reductos complicados que nadie quiere visitar. Cancha de medidas escasas y tribunas cercanas. En la cancha de Merlo siempre se siente la presión de una hinchada seguidora. Sin embargo el equipo perdió ese privilegio tras los graves incidentes ocurridos el 16 de marzo, cuando dos fracciones de la barra provocaron graves incidentes, lo que desembocó en la suspensión del clásico ante el Deportivo Morón a los 12 minutos de juego. Aunque hay un antevente: el partido ante Estudiantes de Buenos Aires en la última fecha del año pasado. ¿Pero perdió?
A partir de ese día, el Charro no sólo jugó a puertas cerradas sino en otro escenario cada vez que le tocaba utilizar la localía. Así, se mudó a Armenio, Fénix y El Porvenir. A pesar del traslado, su efectividad aumentó: pasó del 56% al 66% de los puntos ganados.
“Jugar sin nuestro público es una clara desventaja porque si tenés a tu gente que te alienta eso te ayuda y a veces intimida al equipo contrario”, explica en diálogo con Línea de 4 el delantero Maxi Benítez. Y Leonel García también opina de la misma forma: “Es una picardía, una lástima. El público es el condimento, el marco que tiene el fútbol y que no tiene otro deporte. Es una verdadera lástima que nuestros hinchas y nuestra propia familia no nos puedan venir a ver”.
En tanto, el defensor, uno de los jugadores con más presencia en el equipo, le otorga un atributo clave a la presencia de su gente: “Cuando el equipo se cae física o anímicamente, los hinchas tienen un papel fundamental. El aliento te saca fuerzas de donde no tenés. Nos perjudica mucho porque en nuestra cancha solo perdimos con Italiano y con Chicago sin merecerlo (también perdió contra Sarmiento). Nos hicimos muy fuertes y conocemos muy bien nuestro estadio. Ahora nos tenemos que mentalizar en jugar en otra cancha y adaptarnos lo más rápido posible”.
Jugando en el Parque San Martín, Merlo perdió tres partidos, empató cuatro y ganó otros seis. “Nos perjudica bastante no jugar en nuestra cancha –agrega el goleador-. Sacamos muchos puntos jugando de local en el Parque San Martín. Conocemos las dimensiones y a los demás equipos no les gusta ir”.
Sin embargo, Benítez termina relativizando la situación al sostener que, “de todas formas, en la cancha solo depende de nosotros. La gente influye. No es todo, pero influye”.
Ambos jugadores coinciden que es “extraño” esto de jugar como local, fuera de casa y encima sin público. Para Maxi Benítez, “vivir este presente y no poder disfrutarlo con nuestros hinchas da un poco de bronca, pero sabemos que el apoyo de ellos está siempre. Aunque nos gustaría mucho que nos alentaran en la cancha”.
Por el lado de Leo García, lo que más duele es que “uno quiere terminar el partido y festejarlo con los hinchas. Y no lo podemos hacer. Nosotros le queremos dar a la gente un triunfo y una buena campaña como la que estamos haciendo. Ojalá nos puedan volver a ver pronto”.
martes, 19 de mayo de 2009
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